CAPITULO 8

Cierro el diario y me voy a dormir.
A las mañana siguiente me levanto. Me han salido ojeras de no haber dormido pensando en el. Son las ocho de la mañana y ya me estan llamando al telefono ¿quien sera?
-¿diga?
-Hola Carmen, soy Frank, ¿te apetece dar una vuelta por el centro?
-Claro que si.
-Pues en media hora te recojo. Adios.
No me da tiempo a contestar y a colgado. Voy corriendo a vestirme. ¡No se que ponerme! Bueno me pondre mi vestido rojo y mis sandalias blancas. Ire mas guapa que nunca. Me maquillo muy poquito y miro el reloj. ¡Ya son las ocho y media! Hay que ver como pasa el tiempo. Suena el porterillo y no lo cojo .Se que es el. Bajo corriendo las escaleras y estaba el esperandome. Vestia una camisa negra, unos vaqueros y unas deportivas. Me coje de la mano y me lleva al coche. Conduce hasta llegar al Alcazar de Cordoba.
-¿No ibamos a ir al centro?-pregunto yo.
-Si pero esto es mas...
-¿Mas que?
-Dejalo y entremos, te trai porque se que este lugar te encanta.
Entramos y el me coge de la mano.Me pone nerviosita. Vemos todas las salas y el me va explicando.¡ES TAN ROMANTICO!
-¿Ves aquello de alli?-me dice señalando un ataud de marmol.-¿Sabes lo que es?
-No.
-Es un ataud de los romanos. Tiene dibujada a dos personas de diferente sexo. Aqui llacian los dos, Se enterraron juntos por amor.
Me dio la sensacion de que se lo estaba inventando pero aun asi era romantico.
Seguimon caminando hacia la sala de los mosaicos. Esta llena de ellos de todas formas, el que mas me llama la antencion tienes dibujados a unos cuantos angelitos. Estoy cansada y me siento en un banco.Frank sigue andando y me dice que su mayor deseo era casarse hay pero no pudo. De pronto me da la mano y me levanta. Nuestros labias quedan a las misma altura. Poco a poco se van acercando y cuando estan casi unidos y puedo escuchar su respiracion un guardia entra interrumpiendo auqel bonito momento y nos dice que nos tenemos que ir de aquella sala. ¡Joooooo! Nos vamos por un patio, el mas precioso que e visto nunca, con sus preciosas fuentes y sus olorosos naranjos.
-Te prometo que volveremos a otro lugar tan bonito como este-me dice mientras me abraza.
-Vale, yo tambien quiero volver.
-¿Que te parece si nos vamos a cenar a un bar y despues vamos a la mezquita?
-Sera un plan genial.
-Pues vamos. Despues cenaremos en la pizzeria.